Historia de Libia
La historia árabe e islámica está impregnada a lo largo de sus etapas, de grandes héroes. Omar Mujtar es considerado uno de los héroes más emblemático de la historia árabe moderna al traspasar su nombre las fronteras de su nación y convertirse en uno de los grandes lideres del mundo en la lucha por la causa de liberación.
El movimiento combativo en Libia fue una lucha verdadera y original en la que todos los libios tomaron parte, de distintos estratos socio-culturales y políticos, haciendo de la libertad, antagónica a la presencia colonialista, un objetivo noble y humanitario. Esto nos sitúa ante el p or qué Omar Mujtar no se afligió frente la violenta agresión colonialista poniéndose a la cabeza de quienes levantaron armas y resistieron a la invasión hasta el final a pesar de la enorme desigladad entre la fuerza de los combatientes y la de los invasores.
Antecedentes biográficos
1862: Nace Mujtar en la localidad de Butnan (región de Dafna), en el seno de la familia Farhat de la tribu Manfa, una de las mayores tribus de la zona beduina de Berice (este de Libia). De padres árabes. Creció en un ambiente lleno de libertad y afición a la equitación, lo que plasmó en él el carácter del sacrificio y la insubordenación a lo foráneo.
Estudió ciencias de El Corán en la ¨zawiya¨ (cenrto de enseñanza religiosa) de Yagabub (Giarabub), considerada en aquel entonces uno de los centros científicos más importantes del norte de Africa, detras de El Cairo, con una biblioteca de más de ocho mil volúmenes en diferentes materias y ciencias, como la Lógica y la Historia, además de las ciencias de la religión y la lingüística. Asimismo, aprendió las artes de lucha. Posteriormente, se dedicó a la enseñanza.
Como consecuencia de su astucia, razonabilidad y preparación académica, fue el centro de atención de los jefes de tribus árabes, por lo que fue asignado por el Lider religioso Jeque Mehdi Senusi para encargarse de la Zawiya de Al-Qusur, en el Monte Verde. En su misión se dedicó a enseñar religión a menores musulmanes, la atención a pobres, necesitados y viajeros y a la solución de conflictos y controversias y la reconciliación entre tribus e personas, lo que le convirtió en un personaje obedecido y respetado por todos.
Merecedor de la confianza del Jeque Mehdi Senusi, éste le entregó el mando en la batalla contra los franceses en la ciudad sudanesa de Wadai, y le nombró jefe de la zawiya de Ayun Kalak (Sudan), donde participó con su labor en la difusión del islám en aquella región, hecho que le confirió mayor fama dentro y fuera del país.
En la lucha contra los franceses adquirió una experiencia en el manejo de las armas y la dirección de batallas. Sus cargos como autoridad religiosa le hicieron cerciorarse de que la vida del musulmán carecía de valor si sus lugares sagrados, su religión y su nación están en peligro. Todo ello le motivó a abandonar los placeres mundanales y a dedicarse a la expulsión de los invasores italianos, quienes invadieron Libia en 1911, y rechazar así todo tipo de capitulacines.
Convencido de la libertad y la independencia del ser humano, rehusó aliarse con los italianos y los ingleses. Esto quedó reflejado en su respuesta al Gobernador italiano de Merj: ¨Saber que habéis utilizado la fuerza contra los sumisos ciudadanos, demuestra que no queréis el bien para este país¨. Estaba seguro de que la correspondencia mantenida entre él y los italianos, tenía más como fin¨atraparle¨ que alcanzar una solución justa y una salida adecuada para la causa nacional.
Fiel a sus principios nacionalistas, admitió reunirse con los italianos, aún sabiendo que siempre éstos manifestaban posturas que luego traicionarían. Esto quedó fehacientemente plasmado cuando el Mariscal Padoglio, Gobernador de Bengasi traicionó a su promesa hecha a Mujtar al pedirle un plazo de tiempo para conseguir el consentimiento del Gobierno de Italia sobre las cláusulas del acuerdo biltaeral conocido como Acuerdo de Sidi Arhuma (Merj, 1929). La respuesta de Padoglio fue traer más aviones y más bombardeos contra los combatientes libios.
En mensaje enviado por Mujtar a sus compatriotas, dejaba evidente su odio al fascismo pero no al pueblo italiano: Decía: “Que vea el mundo que nuestras intenciones hacia el Gobierno de Italia son nobles y nuestros objetivos consisten en reclamar nuestra libertad, por lo que defenderemos con sangre nuestra identidad y nuestra nación hasta conseguir ese objetivo”. Mujtar a menudo elevaba sus súplicas a Dios diciendo “ Dios mío, haga que mi muerte sea por esta bendita causa”.
Inicio de la resistencia
Con la invasión italiana a Libia (7/10/1911), Mujtar inicia la lucha nacional contra los invasores tomando de los montes de Benina (sur de Bengasi), teatro de operaciones donde se libraron varias batallas. Mujtar fue apoyado por el Gobernador turco de la región de Berice, Aziz Ali Al-Masri, con quien le unía una fuerte amistad. La lucha conjunta continuó hasta el final de la guerra entre Turquía, potencia dominante en la zona, e Italia a favor de esta última, a raíz del Tratado bilteral firmado en Lausana el 18/10/1912. Según ese Tratado Turquía se retiraba a favor de Italia de sus protectorados de Trípoli y Berice.
Una vez retiradas las fuerzas turcas, los combatientes libios se vieron abandondados a su suerte militar y moralmente. Las fuerzas turcas fueron el mejor aliado contra los italianos. Sin embargo, Mujtar, conociendo con detalles las zonas extendidas entre la actual Bengasi al oeste y Taknes al este, tomó las riendas de la lucha junto con otros lideres.
Batallas y escaramuzas
Todas las tribus de la región fueron puestas en alerta, y habiéndo planeado un ataque contra los italianos dentro de la ciudad de Bengasi para poner fin al desembarco de más tropas invasoras, Mujtar lidera la batalla de Sellawi al tiempo que contacta con los jefes tribales para unificar la lucha en todos los frentes. Sobre esto, Gratziani, Gobernador de Libia, decía en sus memorias: “… en junio de 1922 (Mujtar) llevó a cabo una gran campaña en varias regiones del Monte Verde para alcanzar la unidad entre los combatientes de todo Libia. Consiguió apoyos de jefes tribales y nobles de la zona, los cuales plasmaron con su firma en un acta, su pleno apoyo a Mujtar. El acta firmado fue planteado ante los lideres de Trípoli. El texto del mismo reclamaba la unidad del país y de los combatientes para hacer frente común a las tropas invasoras y conseguir su expulsión”.
Unificadas las fuerzas de los combatientes, surge el problema de encontrar a un lider que encabezara esas fuerzas y tuviera conocimientos suficientes de las artes de guerra y de política. La elección recayó sobre Omar Mujtar por sus experiencias bélicas adquiridas contra los franceses en Sudan y Chad, además de su conocimiento del desierto a la hora de desplazarse dentro y fuera del país. A esto se añaden las amistades y buenas relaciones que unían a Mujtar con los diferentes jefes tribales y de los centros religiosos y científicos más prestigiosos.
Movilizadas las fuerzas de resistencia, y en vista de que los lideres Senusíes habían abandonado a los combatientes al optar por la vía de negociación con los italianos y sucumbir ante sus exigencias, así como la huida de su lider Idris Senusi (futuro rey de Libia) a Egipto bajo pretextos de salud, Mujtar decide continuar la lucha basado en la estrategia de “golpea y huye”. Con ello, Mujtar se convirtió en lider máximo del movimiento nacional y jefe de los campamentos de combatientes en Monte Verde, asistido en cada momento por un consejo consultivo permanente para el estudio, la puesta en marcha de planes, el reclutamiento de voluntarios, el armamento, las municiones… etc. Entre 1924 y 1925 el número de combatientes instruidos y armados alcanzó la cifra de tres mil individuos.
Batalla de Bir Al-Gabi
Tiene lugar el 10 de abril 1925 en la localidad que lleva el mismo nombre. Un grupo de combatientes encabezado por Mujtar se enfrenta a una retén de vehículos militares italianos, destruyendo a tres de sus tanques. Esta batalla, considerada como punto de partida de la revolución de Mujtar, tuvo un carácter especial por ser la que animó a los habitantes de la zona a alistarse en las filas de combatientes bajo el liderazgo de Mujtar.
Gratziani en sus memoria, reconoció que Mujtar había librado contra las tropas italianas doscientas sesenta y tres (263) batallas en un periodo de veinte meses, además de aquellas llevadas a cabo a lo largo de veinte años de lucha (1911-1931).
Guerra de Guerrillas
A Mujatr se le califica como el emprendedor de laguerra de guerrillas, basada en la táctica deguerrarelámpago, aparecida posteriormente en Vietnam y considerada el mejor medio de resistencia contra un ejército regular, como lo fue el ejército italiano, armado hasta los dientes y poseedor de armamento y material bélico moderno, cañones y granadas. Por primera vez en la historia de la aviación militar, el ejército italiano utilizó aviones de guerra contra la población libia con el fin de aplacar su resistencia.
La estrategia bélica seguida por Mujtar, se fundamentaba en el fortalecimiento de los lazos con los habitantes de las regiones escenario de batalla, a fin de captar su apoyo en forma de dinero, información, armas y municiones, incluso hubo de entre los combatientes quienes trabajaban en las filas italianas como recluta, mientras que colaboraba con los combatientes. La batalla de Arheba (1927) fue el mejor ejemplo de ¨colaboracionismo¨ entre combatientes y reclutas al causar a las tropas italianas la derrota más sonada. Esto fue resaltado por Gratziani al subrayar: “…los batallones de reclutamiento de libios no cumplían las misiones que les habían sido encomendada debido a que la inflencia de Mujtar entre ellos era muy notable”.
Campos de Concentración
A fin de cortar el hilo conductor que unía entre habitantes y combatientes y poner fin a las ayudas a la resistencia, los gobernantes italianos hicieron suya la idea de agrupar a los habitantes en campos de concentración. En 1930, Gratziani ordenó el desplazamiento de los habitantes de las localidades de Butnan, Masaed, Burdi y Tubrok (todas cercanas a la frontera con Egipto), hasta la zona de Ain Gazala donde fue instalado un campo de concentración, mientras que los habitantes de la franja septentrional de Bengasi fueron desplazados hasta el campo de concentración de Gmines. Hubo tantos campos de concentración como poblaciones en Magrún, Solug, Agela y Brega. Al principio el número de concentrados superó los 126.000 personas. Durante cuatro largos años, el número de fallecidos en esos campos a causa de enfermedades, desnutrición y falta de higiene, además de la tortura y el ahorcamiento a los que fueron sometidos de manera habitual, alcanzó la cifa de 190.000.
Transcurridos los cuatro años de concentración, la tercera parte de los concentrados fueron devueltos a sus localidades en situación de salud muy precaria al padecer cegueras, enfermedades e incapacidad de realizar trabajos o procrear. Sus localidades fueron acorraladas por alambre espino, torretas de control y permanente vigilancia a los largo de dos años, el objeto que pretendían conseguir los ocupantes era matar en ellos el espiritú de solidaridad y rebelión.
En 1935, estalla la guerra de Abisinia (actual Etiopía) a raíz de una aventura bélica colonialista de Italia. Las autoridades italianas utilizaron a reclutas libios en esa guerra, con ello pretendían apartarlos de su principal causa: la liberación de su propia nación.
La guerra de liberación libia causó unas 750.000 bajas entre la población, entre muertos en batallas, en campos de concencentración o en la guerra de Abisinia. A esto se añade más de un millón de reses de ganado perdidas y la privación a los libios de la explotación de sus recursos agrícolas. Recursos apropiados por las empreas italianas ANBES e INTE, las cuales adjudicaron la mayoría de los terrenos fértiles a colonos italianos, en cambio los nacionales libios se convirtieron en mano de obra y servidumbre.
Captura de Mutjar
Encontrándose Mujtar a la cabeza de un grupo de cincuenta combatientes realizando misión de inspección y control de movimientos del enemigo, fue sorprendido por cuatro grupos de vanguardia militar italiana al mando del oficial Abiati. Mujtar, acorralado, ordenó a sus seguidores a atacar la tropa italiana para abrir brecha por donde huir. Tras hacerles frente y quedar sin munición, cae Mujtar y en seguida fue rodeado por los soldados italiano. Enterado Graziani de la captura del ideador y ejecutor de la rebelión libia, interrumpió sus vacaciones en Roma y regresó apresuradamente a Libia.
El 14 de septiembre 1931 Gratziani ordenó la celebración de un juicio sumarísimo a Mujtar y sentenciarlo a muerte. Solicitó que Mujtar fuera conducido encadenado hasta su cuartel, y entre ambos se mantuvo un díalogo, del que se destaca lo siguiente:
- Gratziani: ¿Por qué tanta lucha contra el Gobierno de Italia?.
- Mujtar: Luchamos por nuestra patria y nuestra fé. Esta guerra nos ha sido impuesta y tenemos que combatiros. Luchamos o morimos, eso es todo.
Juicio Sumarísimo
La celebración del tribunal que juzgó a Mujtar el 15/09/1931 duró 75 minutos, acusándole de cometer agresiones contra la seguridad del Estado, para luego sentenciarle a morir ahorcado e ignorando así las leyes consuetudinarias internacionales que asistían a Mujtar.
El abogado de oficio designado por el tribunal para la defensa de Mujtar, inclinándose en su defensa hacia el lado humano y alejado de los fines fascistas y motivado por la lógica y la razón, pidió al tribunal mayor respeto a Mujtar por su avanzada edad y conmutar la pena de muerte por la de cadena perpetua. Afirmó que Mujtar era un hombre que defendía a su patria y religión con el derecho a la resistencia por que la naturaleza humana así se lo exigía.
Los asistentes en el tribunal comenzaron a vociferar gritos contra el abogado, acusándole de extralimitarse en sus funciones. El juez, levantando sesión, dictó sentencia contra Mujtar de morir en la horca.
A las 11.00 horas del 16 de septiembre 1931, Mujtar fue ahorcado ante la mirada de miles de sus compatriotas y tras 22 años de lucha contra los invasores italianos, lo que en verdad le convirtió en todo un símbolo de lucha nacional y en un verdadero líder de combatientes y libertadores.
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